G. Iorio, G. Chicchese, G. Rossé, J. Sievers y otros
Ciudad Nueva
¿Qué ocurre si, como sucede a menudo con el ágape más que con ninguna otra expresión humana, una acción agápica se vuelve contagiosa, produce una «contaminación» constructiva, en definitiva, provoca un efecto similar de retorno? Se abre aquí un abismo de posibilidades inmensas. Porque lo que sucede en este caso no es la suma de variadas iniciativas agápicas; bien al contrario, surge ante nuestros ojos una realidad social «nueva» que las contiene todas, pero cuyo efecto es «otro», «superior», normalmente mucho más amplio, eficaz, duradero, multiplicador.
Tal estilo de reciprocidad saca a relucir las mejores virtualidades relacionales contenidas en la socialidad humana. Es una socialización que «personaliza». Esto podría abrir horizontes tal vez impredecibles, con eficaces y sorprendentes implicaciones sociales: un augurio que no podemos dejar de formular en virtud de los caminos que ya está abriendo y por los que estamos comenzando a transitar.
