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lunes, 11 de febrero de 2013

Adiós, Benedicto XVI; hola de nuevo, Joseph

Querido Benedicto XVI:

Te vas. Así, de repente...

Y lo haces por el bien de la Iglesia, porque no te ves capaz de dirigir la barca con la fortaleza física y espiritual que requiere. Es un gesto que te honra. Especialmente en los tiempos que corren.

Te deseamos un final feliz en tu ministerio y un gozoso nuevo inicio en tu próxima etapa, de nuevo, como Joseph Ratzinger.

Sabemos que el Espíritu Santo te acompañará en tu decisión y en tu camino.

Sigue rezando por la Iglesia que somos todos.

Hasta siempre.

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